La guerra había entrado ya en la declinante curva que termina cuando finalmente se apaga. Como toda hoguera, tiene un inicio, un apogeo y un final ceniciento y tal vez húmedo. Como toda hoguera, muere cuando se le acaban el calor o el combustible, y ya quedaban pocos hombres para alimentar la encendida locura de los Gobernantes.
El General miraba por la ventana de su refugio, vaso de whisky en mano, cómo sus últimas tropas eran aniquiladas; sus hombres muriendo valientemente en su nombre. Mas allá yacían las casas llenas de civiles cruelmente asesinados.
La Muerte. Toda su vida había considerado sus pormenores, y ahora lo rodeaba. Como las nubes que se posicionan estratégicamente alrededor de una ciudad antes de atacarla con una fuerte tormenta, la Muerte ya había desplegado sus infinitos hilos alrededor de su existencia toda.
Allá abajo, se habían apagado las vidas de miles de personas. Es la muerte de un hombre equivalente a la de cualquier otro hombre? Claro que no. Si las vidas no son equivalentes, sus desapariciones tendrán un peso diferente en las páginas de la Historia.
Los civiles, por ejemplo. Disfrutaban toda su vida de la libertad que él les proporcionaba. No podrían ahora quejarse de no haber podido repeler el ataque enemigo, después de todo vivieron todas sus vidas gracias al escudo protector que su ejército les había proporcionado.Y sus soldados? Ellos se llevan la mejor parte. Mueren en su Nombre, por el honor de haberlo defendido a él y a su Patria. Y qué de su propia muerte? Debía alegrarse, por morir por la Patria y las leyes que había jurado defender? Al menos intentó sentir la Gloria acariciarlo brevemente con sus manos rugosas; siglos de experiencia al servicio del Consuelo del que sabe que su Fin tiene al menos relación con una causa por lo menos vana, por lo menos estúpida, por lo menos olvidada.
Abajo, las puertas del refugio sonaron con el ácido retumbar del metal rindiéndose; de la Materia venciendo a la Materia.
Es en verdad el Mundo un lugar maravilloso? Vale la pena realmente vivir? Después de todo, no tanto. Aunque... Sí, su hija, la ciudad que abandonó hace 17 años, las flores, el brillo del Sol. "Quiero vivir", pensó, seguro como nunca. Qué tonto había sido en dudarlo.
La puerta de la habitación -que había procurado dejar sin llave- se abrió de un solo golpe y una ráfaga de ametralladora lo empujó con sus cientos de colmillos a la blanquísima Eternidad.
14 comentarios:
"Cuando la partida de ajedrez termina, el Rey y el peón duermen en la misma caja". Antigua frase ajedrecística ;)
Buenísimo! Y yo que creía que desde el librito con patas la Musa te había abandonado pero se ve que solo se había ido de vacaciones.
la incondicional: Gustos son gustos; a otra gente le gustó el del librito y odió a este... Espero poder ir llegando a distinta gente con distintas cosas.
Me gustó lo del librito y esto también. Go on Lucho!
Lucho, no suelo postear en blogs, pero estando tan lejos de casa leer el tuyo es una sana costumbre.
Me gusto este cuento, oscuro y conciso, me recuerda a uno de Horacio Quiroga, "El hombre muerto", con sensaciones parecidas donde el personaje principal vacila entre aceptar y rechazar la muerte, aun cuando en el fondo todo indica que es inminente... momento jodido ese...
caro: Todo le gusta? Me alegro mucho :) No es lo más habitual últimamente entre los lectores.
raul: Bienvenido sea! Saludos por las Californias. Me alegro que le agrade leer el blog. Creo que no leí el cuento ese que menciona, así que lo voy a buscar por las redes ;)
Saludos a todos!
mientras leía mi cabeza fue hacia fuentes, valle inclán, asturias. sobre todo a valle y el 'tirano banderas' y una muerte que es casi la misma. la relación de los hechos literarios con los momentos sociales. la relación del hombre con el hombre.
sibila: Iluminador lo suyo.
Justamente pensaba que si no hubiera mencionado las ametralladoras, la historia podría haber sucedido en cualquier contexto histórico; pero al mismo tiempo quise darle un poco de contexto ;) Saludos!
"Una ráfaga de ametralladora lo empujó con sus cientos de colmillos a la blanquísima Eternidad"...
¡Quiero Vivir!, pero por supuesto, es en esos momentos cuando anhelas tener la vida comprada, es en esos momentos cuando "recién" sopesas el peso de la carga, de los actos, de la vida misma, ¿antes para qué?, si jamás pensaste que algún día te ibas a morir y menos bajo estas circunstancias, "La Ley de las compensaciones", recibiste en una justa medida el pago por tus actos. Generales somos todos, y la historia jamás ha sido escrita por perdedores. Alabarte o condenarte, no lo sé, valiente o cobarde, ¡quién sabe!, sólo hiciste lo que tenías que hacer.
(Tienes un espacio muy interesante, saludos y gracias)
pao: Un honor tener tu visita por acá, y un lujo tu comment. Y un beso para vos :)
Luciano: Impecable. La dialéctica de la vida y de la historia.HOy por suerte tengo la mente despierta.
Lo de Sibilia un gran aporte. Otro más
carito aprehendiendo: Me alegro de la lucidez de su mente, gracias por acercarte.
Qué cuento fantástico! Con las 2 acepciones de la palabra :)
Cuanto faltará para que alguien escriba su "Entrevista con Lucho" para conocer sus influencias, sus orígenes, como maneja tanto éxito y qué creés que te dirían cuando llegues a las puertas del cielo?
hernán: Por suerte creo que nunca voy a ser famoso :)
Publicar un comentario