lunes, 25 de abril de 2011

Barco de papel


Papá me hizo este barco de papel bien grande, me sentó adentro y me tiró al río para ver hasta donde llegaba. A mí me parece que esperaba que me hundiera en seguidita, y seguro estaba listo para venir a rescatarme (él sabe nadar muy bien); pero no, ya llevo un buen ratito andando, y esto sigue. La verdad que es lindo. Para mí que voy a llegar a África, donde viven el león, la jirafa y el elefante. Lo único que no me gusta es que el barco se mueve mucho, y me dan un poco de ganas de vomitar. Cuando pasaba eso en el auto, mi mamá me ponía Reliverán en la boca (es muy amargo) y se me pasaba. Pero hoy no vino mamá a pasear con nosotros. No sé por qué. Siempre venimos los tres juntos a Vicente López a remontar barriletes y a tomar mate con medialunas y churros. Pero hoy seguro le dio frío, porque es otoño y hay un viento bastante fuerte. Esta mañana me dio un beso y un abrazo muy fuerte, y estaba un poco más callada que de costumbre. Yo sé que anoche pelearon con papá. Se piensan que no me doy cuenta porque soy una nena, pero se escuchaban los gritos desde mi pieza. A mí no me gusta que peleen. Pero ahora me preocupa más mi barco, porque el papel ya empieza a estar más mojado, y yo no sé nadar. En la costa papá ya se ve muy chiquito pero no deja de mirarme. Yo lo saludo con la mano pero despacio, porque me da miedo caerme. El cielo está todo gris, como si lo hubieran tapado con algodones sucios. El barco avanza pero se está rompiendo, y con los pies mojados me da más frío. Atrás mío suena un trueno: el rayo debe haber caído en África. Pero yo miro a mi papá. No sé por qué se acomoda la campera y sube al auto, como si no le importara que el barco se mueve mucho y que yo lloro porque tengo mucho frío.

sábado, 9 de abril de 2011

El momento de hablar de Japón

Una noche de bares con amigos en Tokio

Como todos ustedes saben, soy un gran fan de Japón y tuve la oportunidad de visitar ese maravilloso país. Los que me siguen en Facebook o Twitter ya han tenido que soportar mis posts sobre lo que está pasando en el país del sol naciente. A todos los que no les interese, les pido disculpas. Las últimas semanas fueron difíciles para mí, sobre todo por la diferencia horaria. Muchas noches me quedé despierto charlando con mis amigos y mirando las noticias que iban llegando desde la mañana nipona.

Dado el aprovechamiento de los medios masivos de comunicación para generar pánico, y la gran desinformación a la que estuvimos y estamos sometidos, preferí guardar silencio en el blog para no hacer más ruido. Ahora que ya pasó un tiempo prudencial, decidí armar un FAQ (Preguntas Frecuentes) para hacer el post lo más conciso y objetivo posible, con las cosas que me fueron preguntando mis conocidos durante los últimos días.

No estabas ahí cuando pasó todo esto, ¿No?
Afortunadamente me fui de Tokio 5 días antes del terremoto. La verdad que fue una suerte, porque si hubiera estado ahí hubiera generado toda una situación de stress en mi familia.
¿Qué tan mal está la cosa por allá?
No puedo contestar esta pregunta en el sentido amplio, porque no tengo conocidos en las áreas más afectadas (que son las que sufrieron el tsunami). Mis amigos viven en Tokio, Osaka, Kioto y Kumamoto. Por lo que me cuentan, están preocupados por la contaminación causada por la planta nuclear, pero ninguno está pensando en huir a causa de eso. Confían en la información que les brinda el gobierno japonés y están decididos a hacerle frente a la situación para salir adelante lo antes posible.
¿Tus amigos están bien?
Por suerte todos mis amigos están perfectamente bien al día de hoy, al igual que sus familias.
¿Quedó algo de Tokio?
¡Tokio está intacta en un 99%! No dejen que los medios los confundan. Sí es cierto que están ahorrando energía para no tener que efectuar cortes programados, así que mucho del glamour de la ciudad en este momento está en pausa (por ejemplo las pantallas gigantes en Shibuya y otras cosas que no son estrictamente necesarias). Por lo que me cuentan, también hay algunas cosas que son difíciles de conseguir, por ejemplo yogur (esto se debe a que tiene un proceso de elaboración muy estricto y un corte de energía en medio de la fabricación obligaría a tirar todo). Fuera de esto, la gente intenta continuar con sus vidas con normalidad. Otra cosa que están sufriendo en este momento son las réplicas del terremoto del 11 de Marzo, algunas bastante fuertes.
¿Vas a volver a Japón?
¡Por supuesto que sí! Ojalá pueda, claro. A veces con la voluntad sola no es suficiente. Pero desde el día del gran terremoto estoy esperando poder volver a visitar a mis amigos y a los lugares que tanto quiero.
¿Cuándo?
El plan original, antes de que pase todo esto, era volver en Octubre o Noviembre de este año. La verdad es que todavía falta bastante para eso y me gustaría decidir más cerca de esa fecha. Seguramente en Agosto tome una decisión. Si no llega a ser posible, volveré a principios del año que viene.

Esto es todo. Cualquier otra pregunta, dejen un comentario y les contesto todo lo que sepa (y lo que no, lo preguntamos :) ).

martes, 1 de febrero de 2011

Kilos que se van



Hace un poco más de un año y medio les conté cómo mi orgullo de autodidacta había coartado mi posibilidad de aprender japonés seriamente. Luego del avance hecho en este tiempo y la cantidad de amigos que hice gracias a esa maravillosa lengua, tengo que decir que pocas cosas como ese orgullo dañaron tanto mi capacidad de progreso.

Hoy les quiero hablar de otra transformación, que va a sonar a propaganda de "Reduce Fat Fast". Cansado de vivir muchos años con sobrepeso, decidí ir a un nutricionista para que me ayude a solucionar mi problema. Consideré que era el momento de poner punto final a esos intentos de "cuidarme" que nunca terminaban con un éxito mayor a los 4 kilos bajados (que luego recuperaba con el tiempo). Agarré la cartilla y pedí turno en un médico. El primer pesaje arrojó 93 kilos. Como mido 1,70, estaba con unos 20 kilos de más.

Luego de hacerme los análisis de rutina, marqué en una planilla de ingredientes los que a mí me gustaban. Con eso, el doctor me armó una dieta convencional, con control de calorías, y acordamos un nivel de ejercicio (que por suerte pude exceder). Me propuso controles semanales para no perder el hilo del progreso.

Hoy ya llevo bajados 19 kilos y contando. ¿Saben cuánto me llevó bajarlos? 2 meses y medio. ¿No es muy loco cómo podemos convivir tanto tiempo con un problema que nos costaría tan poco tiempo solucionar?

El proceso está siendo totalmente educativo. Los beneficios son múltiples: solucioné problemas de piel que arrastraba hace años, puedo jugar varios partidos de fútbol por semana, mejoré mis tiempos corriendo 10K y estoy seguro de que mis variables como colesterol, triglicéridos, etc. deben de haber mejorado en varios órdenes de magnitud (aunque tengo un análisis pendiente para comprobarlo).

Amigos, espero que esto les sirva como inspiración a todos aquéllos que hayan probado con dietas de revistas, productos milagrosos, consejos de amigos y hambrunas varias. El "milagro" está ahí, es posible, y está delante de nuestros ojos: es un problema que la medicina tiene solucionado desde hace mucho, mucho tiempo.
¡Un saludo liviano a todos!